En el manifiesto del año pasado ya advertíamos que esta violencia no es un problema aislado ni espontáneo. Persiste porque existe una estructura social que la sostiene: estereotipos, silencios, dudas hacia las víctimas, discursos negacionistas que intentan restarle importancia. Todos estos elementos forman parte de una misma raíz que perpetúa la desigualdad.
Por eso, este año queremos subrayar que lo que afecta a las mujeres afecta a toda la sociedad. La violencia machista no es un hecho privado ni individual: marca nuestras relaciones, nuestro bienestar colectivo y los valores sobre los que construimos el futuro. Nadie puede vivir de espaldas a esta realidad. Nadie puede pensar que “no va con él o con ella”.
Hoy reafirmamos que no permitiremos retrocesos. No aceptamos la normalización de actitudes machistas, ni la indiferencia ante las agresiones, ni el intento de cuestionar los logros alcanzados en materia de igualdad. Euskadi es una sociedad que quiere ser libre, justa y segura, y eso solo será posible si las mujeres lo son en todos los ámbitos de su vida.
Volvemos a expresar nuestro respaldo a todas las mujeres que han sufrido violencia, a quienes la enfrentan en silencio y a quienes luchan cada día para salir adelante. Su valentía es un recordatorio de que debemos seguir trabajando, desde lo cotidiano hasta lo institucional, para que ninguna mujer tenga que vivir con miedo.
Desde EGI declaramos que la violencia machista no tiene lugar en nuestro país.
No la justificamos.
No la silenciamos.
No la toleramos.
Alzamos nuestra voz por las que ya no están, por las que siguen resistiendo y por aquellas que merecen crecer en una sociedad verdaderamente igualitaria.
GORA BORROKA FEMINISTA!